Dos potentes llamaradas solares consecutivas han dado señales de un aumento en la actividad solar, adelantando posiblemente el pico de actividad solar previsto.
Estas llamaradas han afectado las comunicaciones terrestres y plantean preocupaciones sobre los sistemas de comunicación en la Tierra. Las erupciones solares, una clasificada como tipo X, la más severa, y la otra acompañada de poderosas eyecciones de masa coronal, han generado un fenómeno más potente y podrían dar lugar a una tormenta geomagnética.
Estos eventos señalan un posible adelanto del ciclo solar máximo, previsto originalmente para 2025, lo que podría llevar a un período de intensa actividad solar, incluyendo estas tormentas y espectaculares auroras boreales.