La sequía prolongada entre 2021 y 2023 ha provocado en Cataluña la mayor extinción local de mariposas registrada en los últimos 30 años, según el Catalan Butterfly Monitoring Scheme (CBMS). En 2024 se contabilizaron 210 extinciones locales, lo que representa el 6,5% de las poblaciones monitoreadas y afecta a unas 40 especies, aproximadamente el 25% de las especies bien estudiadas.
La falta de lluvias afectó tanto a las mariposas como a las plantas de las que dependen, reduciendo la disponibilidad de néctar y plantas hospedadoras para las orugas. Aunque las lluvias de 2024 ofrecieron un leve repunte no fueron suficientes para revertir el impacto acumulado.