Los chimpancés, en su entorno natural, han desarrollado formas de automedicación utilizando plantas con propiedades antibacterianas, lo que revela su capacidad de cuidar su salud de manera independiente. Investigaciones recientes han analizado químicamente diversas plantas que estos primates consumen solo en ciertas circunstancias, descubriendo que estas pueden inhibir el crecimiento de bacterias patógenas. Este hallazgo sugiere que los chimpancés seleccionan y utilizan estos recursos naturales estratégicamente, posiblemente para tratar infecciones internas, aunque la complejidad de los componentes activos y sus efectos combinados aún necesitan ser estudiados más a fondo.
Los científicos también plantean que este comportamiento puede ofrecer pistas valiosas para los humanos en la búsqueda de nuevos medicamentos. La etnofarmacología, que estudia cómo diferentes culturas utilizan los recursos naturales para curar enfermedades, puede beneficiarse enormemente de entender estos comportamientos en primates no humanos. Aunque los resultados actuales son prometedores, aislar y comprender completamente los principios activos de estas plantas y su aplicabilidad en medicina humana requiere más investigación. Esto refleja no solo la inteligencia de los chimpancés en su gestión de la salud sino también el potencial de sus prácticas para influir en futuras aplicaciones médicas humanas.