El estudio realizado por investigadores de la Universidad Deakin en Australia revela que los grandes depredadores solitarios, como osos, tigres y linces, matan más presas por individuo que los depredadores sociales, como lobos o leones. Los osos, en particular, matan un 14% más de presas que los lobos. Esta diferencia se debe a que los cazadores en grupo pueden capturar presas más grandes, lo que les permite cazar con menor frecuencia.
Los conflictos entre humanos y grandes carnívoros surgen principalmente debido a la competencia por presas y daños al ganado, más que por ataques directos a personas. Estos enfrentamientos son comunes en regiones como África, donde pastores masáis a menudo matan leones, o en Europa, donde se debate la caza del lobo. Emerson espera que estudios como el suyo ayuden a clarificar la actividad de los depredadores y mejorar la conservación, evitando simplificaciones que culpen a especies como osos o linces.