En el artículo se analiza cómo varios programas de conservación han tenido éxito en evitar la extinción de especies que estaban al borde de desaparecer. Destaca el caso del lince ibérico, cuyo número ha aumentado gracias a la cría en cautiverio y la reintroducción en la naturaleza. Dónde también se menciona el éxito de la recuperación y del bisonte europeo, que fue casi extinto en el siglo XX, pero que ahora tiene poblaciones más estables. El kakapo, un loro nocturno de Nueva Zelanda, ha visto una mejora gracias a un programa intensivo de conservación, mientras que la ballena jorobada ha experimentado un repunte tras la moratoria sobre su caza.
A pesar de estos logros, el artículo subraya que la extinción sigue siendo una amenaza para muchas especies debido a factores como la pérdida de hábitats y el cambio climático. Sin embargo, los ejemplos mencionados muestran que con intervenciones adecuadas y esfuerzos coordinados, es posible salvar a especies amenazadas y asegurar su supervivencia.