Un equipo internacional de científicos ha analizado un fósil excepcionalmente bien conservado de 80 millones de años, perteneciente a una especie de ave hasta ahora desconocida, llamada Navaornis hestiae. Fue descubierto en Brasil y se ha convertido en un recursos clave para comprender la evolución de las aves. Una de las características más destacadas de este fósil es su excelente estado de conservación. Esto ha permitido a los científicos realizar una reconstrucción tridimensional detallada de su cráneo y cerebro, obteniendo información crucial sobre la morfología y adaptaciones evolutivas de esta especie.
El fósil también ofrece una oportunidad única para comprender los procesos de diversificación y especialización de las aves durante el Cretácico Superior, un periodo crucial en el que las aves compartían su entorno con los dinosaurios no aviares. No solo aporta información valiosa sobre la anatomía y biología de las aves antiguas, sino que también redefine las teorías sobre su evolución, ayudando a trazar un puente más claro entre las aves del pasado y las del presente.