La avispa asiática, una especie invasora que se ha extendido por Europa, es una amenaza tanto para la biodiversidad como para la seguridad humana. Distinguirla de otras avispas es crucial para controlar su propagación. Esta especie se caracteriza por su mayor tamaño, con una longitud de unos 3 centímetros, y un color negro predominante en su cuerpo, excepto por una franja amarilla en el abdomen y patas parcialmente amarillas. Además, su cabeza es más grande y tiene un tórax de color oscuro.
Conocer estas características es esencial para identificar a la avispa asiática y tomar medidas preventivas. Su presencia supone un peligro para las abejas locales, de las que se alimenta, y también puede representar un riesgo para las personas debido a su picadura dolorosa y potencialmente peligrosa en caso de alergias. Las autoridades instan a la población a reportar cualquier avistamiento para controlar y frenar la expansión de esta especie invasora.