Jane Goodall, inspirada desde niña por un chimpancé de peluche, se convirtió en una de las científicas y activistas más influyentes del siglo XX. Su trabajo comenzó en 1960, cuando fue enviada a Gombe, Tanzania, para estudiar a los chimpancés salvajes. Goodall desafió los métodos científicos convencionales al identificar personalidades individuales en los chimpancés, revolucionando nuestra comprensión de estos animales y su comportamiento en la naturaleza. Su dedicación no solo cambió el campo de la biología, sino que también subrayó la importancia de la empatía, la observación y la sensibilidad en la investigación.
Además de su destacada labor científica, Goodall ha sido una defensora incansable de la esperanza y la acción con propósito. Como Mensajera de la Paz desde 2002, ha enfatizado el impacto que cada individuo puede tener en el medio ambiente y en el futuro del planeta. Su enfoque humanista y su creencia en el poder de la acción colectiva han resonado no solo en la ciencia, sino también en el liderazgo y la responsabilidad social. Goodall nos recuerda que solo comprendiendo y preocupándonos por el mundo natural, podemos realmente ayudar a construir un futuro mejor.