Ocho jirafas Rothschild, una especie en peligro de extinción, han sido trasladadas a una nueva reserva en Kenia, un esfuerzo tanto para conservar la biodiversidad como para fomentar la paz entre dos comunidades locales en conflicto. El traslado, que involucró un complejo operativo logístico, tuvo como objetivo establecer un refugio seguro para las jirafas en la reserva de Ruko, creada específicamente para proteger a esta especie amenazada y promover la reconciliación entre las comunidades Pokot e Il Chamus, históricamente enfrentadas.
La reserva de Ruko no solo ofrece un nuevo hogar para las jirafas, sino que también simboliza un esfuerzo conjunto para restaurar la confianza y la colaboración entre estas comunidades a través de la conservación. La iniciativa ha sido aclamada como un ejemplo de cómo la protección de la fauna puede contribuir a la resolución de conflictos y al desarrollo sostenible. Sin embargo, el éxito a largo plazo dependerá de la capacidad de las comunidades para continuar trabajando juntas en la gestión y protección de la reserva y sus valiosos habitantes.