A pesar de los buenos datos, todavía se necesitan 344 hembras reproductoras más para que la especie alcance un estado favorable.
El lince ibérico ha duplicado su población en los últimos tres años, alcanzando los 2.000 ejemplares. Este crecimiento se debe en gran parte a los programas de cría en cautividad y la expansión de su hábitat. Sin embargo, todavía se necesitan más hembras reproductoras para que la especie alcance un estado de conservación favorable.
A pesar del aumento, el lince sigue enfrentando amenazas significativas como los atropellos y el furtivismo. La especie, que estuvo al borde de la extinción en 2002 con solo 94 ejemplares, ha mostrado una tendencia de recuperación positiva desde 2015 gracias a esfuerzos continuados de conservación.