El rinoceronte lanudo, un emblemático mamífero de la era glaciar, se extinguió debido a la conjunción de cambios climáticos severos y la intervención humana. Estos animales, adaptados a climas fríos, enfrentaron dificultades cuando el calentamiento global alteró drásticamente su hábitat, reduciendo las vastas estepas frías que les eran esenciales para sobrevivir. A esto se sumó la creciente presión de las comunidades humanas que expandían su territorio, competían por los recursos y cazaban estos grandes mamíferos para diversos fines.
Los estudios científicos sugieren que estas dos fuerzas actuaron en tándem para acelerar la desaparición del rinoceronte lanudo. El análisis de datos genéticos y ambientales indica que, aunque algunos grupos de rinocerontes lanudos pudieron adaptarse temporalmente, la combinación de reducción de su espacio natural y la caza sostenida por los humanos no les dejó lugar para recuperarse. Esta extinción subraya el impacto duradero de los humanos en la megafauna mundial, ofreciendo lecciones cruciales sobre la conservación en tiempos de cambio climático acelerado.