El aumento del tráfico marítimo en el Mediterráneo está poniendo en peligro a las ballenas que habitan en estas aguas, con un número creciente de colisiones fatales cada año. Con unas 220.000 embarcaciones comerciales cruzando la región anualmente, la velocidad de los barcos es un factor determinante en estos accidentes. Aunque existen medidas para reducir la velocidad en áreas protegidas, muchas veces no se cumplen, lo que agrava el riesgo para las ballenas.
Organizaciones conservacionistas están pidiendo una regulación más estricta para que los barcos reduzcan su velocidad, especialmente en las rutas migratorias de estas especies. La situación es particularmente grave para algunas especies de ballenas en el Mediterráneo que ya están en peligro de extinción, lo que hace urgente la implementación de medidas efectivas para protegerlas y evitar que las colisiones continúen aumentando.