A principios de 2020, el cámara James Aldred recibió el encargo de filmar la vida de una familia de azores en New Forest. En ese momento llegó el confinamiento. No más coches, no más aviones, nadie en el bosque -excepto James- en un lugar vacío de gente pero lleno de cantos de pájaros y nueva vida.
En estas noches plateadas y días dorados, había cachorros de zorro revoloteando, zarapitos llamando y, por supuesto, azores volando, brillando como el fuego en uno de nuestros tiempos más oscuros. Un verano azor como ningún otro; una estación extraordinaria en el bosque.
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