Las ranas hembras europeas están adoptando medidas sorprendentes para eludir a machos no deseados, de acuerdo con un estudio reciente publicado en “Royal Society Open Science”. Los machos, conocidos por sus tácticas de apareamiento coercitivas, pueden poner en peligro la vida de las hembras. Contrario a lo que se pensaba, las hembras no son pasivas; emplean estrategias como rotar sobre sí mismas, emitir gruñidos para disuadir a los machos y, de manera más sorprendente, simular su propia muerte para evitar el acoso.
Carolin Dittrich, del Instituto de Etología Konrad Lorenz de Viena, realizó un experimento con ranas en un entorno controlado y observó estas tácticas evasivas. Las hembras mostraron una gran habilidad para liberarse de los machos, especialmente las de menor tamaño. Estas maniobras, combinadas con otras, demostraron ser efectivas, ya que muchas hembras lograron escapar de los intentos de apareamiento forzado.
Aunque las tácticas evasivas no amenazan la reproducción de la especie, la preocupación radica en los cambios climáticos que impactan en sus poblaciones. Es esencial comprender a fondo estos comportamientos y adaptaciones para implementar medidas de conservación eficaces. Las investigaciones actuales están desafiando las nociones previas, destacando la resiliencia y adaptabilidad de las ranas hembras en contextos desafiantes.