El reciente informe del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, integrante del Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, ha arrojado datos alarmantes: este verano ha sido el más cálido jamás registrado en la historia. Pero, ¿es este un evento aislado o una señal de lo que está por venir? Carlo Buontempo, responsable de clima de Copernicus, es claro al respecto: este fenómeno es parte de un patrón más amplio de calentamiento global.
El calentamiento global, impulsado por una serie de factores, es el principal culpable detrás de estos récords de temperatura que se están superando año tras año. Durante el 2023, uno de los fenómenos más destacados fue la aparición de El Niño en el Pacífico. Este fenómeno climático llevó a que las temperaturas del agua se elevaran por encima de las normales, afectando los patrones climáticos en diversas partes del mundo.
Pero El Niño no fue el único protagonista. El Atlántico también tuvo su cuota de protagonismo, experimentando temperaturas más altas de lo habitual desde finales de junio hasta julio, y en algunas áreas, estas temperaturas elevadas persistieron hasta agosto. Además, el mar de la Antártida presentó una anomalía sin precedentes en el hielo marino, siendo la más grande jamás observada.
Mientras tanto, algunos expertos han planteado la posibilidad de que el volcán Hunga Tonga, y el vapor de agua que inyectó en la atmósfera, haya tenido un papel en estos cambios climáticos. Aunque Buontempo reconoce que inyectar vapor de agua en la estratosfera puede tener un impacto significativo en el clima, sostiene que aún no se ha determinado cuánto ha influido este fenómeno en las temperaturas actuales.
En resumen, el verano más cálido registrado es una clara señal de alarma sobre el estado de nuestro clima y el impacto del calentamiento global. Las observaciones y advertencias de expertos como Buontempo subrayan la necesidad de tomar medidas urgentes para abordar esta crisis climática.