En 1994, un hallazgo en Atapuerca, España, cambió nuestra comprensión de la evolución humana. José M. Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell desvelaron Homo antecessor, un homínido de hace 850.000 años, posible ancestro común de neandertales y Homo sapiens.
El descubrimiento, marcado por el hallazgo de dos dientes, sugirió por primera vez el canibalismo en la historia humana. Este homínido combinaba características anatómicas únicas, presentando una mezcla intrigante de rasgos modernos y arcaicos.
En su libro, Bermúdez de Castro y Carbonell narran este descubrimiento revolucionario, revelando las complejidades y desafíos en el camino de la investigación paleontológica.
Homo antecessor, más que un mero hallazgo, representa un capítulo fundamental en la narrativa de nuestra propia historia evolutiva, planteando interrogantes sobre nuestra relación con otras especies y nuestra dispersión por el mundo antiguo.