Un equipo internacional de científicos, liderado por el geólogo chino Qian Yuan, ha propuesto una teoría revolucionaria publicada en la revista Nature: las misteriosas capas densas en el manto terrestre podrían ser restos del protoplaneta Tea, incorporados a la Tierra tras una colisión hace 4.500 millones de años.
Estas capas, situadas a unos 2.900 kilómetros bajo la superficie y que ralentizan las ondas sísmicas, han intrigado a los científicos por mucho tiempo. Las simulaciones de Yuan y su equipo sugieren que el manto de Tea, más rico en hierro, se fusionó con el manto terrestre durante el impacto que formó la Luna.
Los investigadores, incluyendo a Edward Garnero de la Universidad del Estado de Arizona y Hongping Deng del Observatorio Astronómico de Shanghái, estiman que aproximadamente el 2% de la masa terrestre podría ser material de Tea. Este descubrimiento desafía la noción de una Tierra homogeneizada tras la colisión y sugiere un manto temprano heterogéneo.
La sismóloga Jenny Jenkins, de la Universidad de Durham, ha comentado que estos vestigios podrían ser parte de un “cementerio de planetas”, indicando que otros cuerpos celestes menores también podrían haberse fusionado con la Tierra primitiva.
Estos hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre la evolución geológica de nuestro planeta y sugieren que las rocas volcánicas en lugares como Islandia y Hawái podrían contener pistas sobre este monumental evento cósmico.