Un equipo de paleontólogos ha descubierto restos fosilizados de una ballena llamada Perucetus colossus, que habitó hace 39 millones de años en lo que hoy es el desierto de Ica, Perú.
Los huesos indican que podría haber sido el animal más pesado que haya existido, con un esqueleto estimado de 5,3 a 7,6 toneladas y con este rango y sabiendo la masa esquelética de otros cetáceos, que ronda entre el 2,2% y el 5% de su masa total, calculan que este coloso pesaría entre 80 toneladas como mínimo y 340 toneladas como máximo. El valor medio que obtienen en todas las comparaciones arroja un peso medio de 170 toneladas, superando así a la ballena azul, que muy rara vez supera las 150.
Estos hallazgos desafían la comprensión previa sobre la evolución de los gigantes marinos y destacan cómo la adaptación ósea singular de la Perucetus colossus la diferenciaba de otros cetáceos. Aunque el esqueleto no ha sido encontrado completo, las características de los huesos proporcionan información valiosa sobre la vida y el comportamiento de esta antigua ballena, abriendo nuevas preguntas sobre el gigantismo en el mundo marino y la adaptación a los hábitats acuáticos.