Un estudio reciente en la revista Journal of Experimental Biology ha descubierto cómo los colibríes, conocidos por su habilidad para volar en todas direcciones, navegan por espacios estrechos, entre otras cosas para encontrar comida y refugio. A pesar de no poder plegar completamente sus alas, estos pequeños pájaros emplean dos estrategias únicas para moverse en entornos complejos.
Investigadores de la Universidad de California en Berkeley observaron que los colibríes giran sus cuerpos para volar de lado o mantienen sus alas contra el cuerpo y se lanzan hacia adelante como una bala. Para estudiar estos comportamientos, se creó un espacio de vuelo con aberturas estrechas y se usó un sistema de recompensa para analizar las maniobras de vuelo en cámara lenta.
Los colibríes demostraron ser capaces de adaptar su vuelo a diferentes obstáculos, ajustando su comportamiento en función de su entorno. Este descubrimiento no solo aporta a la comprensión del comportamiento animal en entornos complejos, sino que también subraya la importancia de estudiar estos aspectos del vuelo de los colibríes para comprender mejor su interacción con el medio ambiente.