Un reciente estudio publicado en Nature Geoscience ha revelado que el monte Everest, conocido como el techo del mundo, está aumentando su altura debido a la erosión causada por el río Arun, que se encuentra a 75 kilómetros de distancia. Esta erosión ha provocado que la montaña se eleve entre 15 y 50 metros en los últimos 89.000 años, a razón de aproximadamente dos milímetros por año. Aunque Nepal considera que la altura del Everest es de 8.848,86 metros, y China 8.848,00 metros, ambos países han coincidido en que la montaña sigue creciendo, aunque la razón no era completamente entendida hasta ahora.
El fenómeno se debe a un proceso geológico conocido como piratería de drenaje, que ocurrió cuando el río Arun cambió su curso para unirse al río Kosi, aumentando su capacidad erosiva y arrastrando miles de millones de toneladas de tierra. Este proceso provoca el rebote isostático, en el que la pérdida de masa terrestre hace que la corteza se eleve. No solo el Everest, sino también otras montañas de la cordillera del Himalaya, como el Lhotse y el Makalu, están experimentando un aumento en su altura. Además, el terremoto de magnitud 7,8 que azotó Nepal en 2015 también contribuyó al desplazamiento de la montaña, que se ha movido varios centímetros en diversas direcciones. Mientras tanto, el Everest enfrenta otro desafío: la acumulación de desechos humanos dejados por los escaladores, que ascienden a 7.200 kilos anuales, complicando aún más su conservación.